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2 preguntas y 3 formas de adoptar tecnología en educación

Dos preguntas que solemos encontrar en estos debates. Comparto algunas preguntas hechas para una publicación sobre educación y tecnología. Espero sirvan…

P: ¿Mejora la calidad de las clases la tecnología?

La calidad es un concepto que la educación tomó “prestada” del mundo de la administración o management. Evidentemente es un concepto que puede ayudar pero también trae confusión (lo mismo nos ocurre con términos como “innovación”). Así que yo prefiero hablar de calidad “con apellido”. Es decir, calidad en el aprendizaje, calidad en la forma de enseñar, calidad de los contenidos curriculares, entre otros. De lo contrario la falta de contexto nos puede llevar a realizar omisiones importantes (como por ejemplo querer estandarizar todos los procesos de aprendizaje y olvidarse de las características contextuales y culturales de los distintos sistemas educativos).

Hecha esta nota al pie, en relación a la pregunta de si la tecnología ¿mejora la calidad de la enseñanza? Las investigaciones nos muestran que es una variable dependiente (de las estrategias pedagógicas, del propósito, de la destreza del usuario, del contexto de uso y las costumbres, de la estructura institucional, etc.) y no independiente (e.j. hay buenas experiencias educativas con tecnología pero también hay casos que no dieron los resultados esperados). Por ello creo que podemos al menos identificar tres posibles escenarios:

  1. usar nuevas tecnologías para hacer lo mismo que hacemos ahora: Por ejemplo, transitar de las transparencias al PowerPoint.
  2. usar nuevas tecnologías para hacer algo parcialmente diferente o para mejorar lo que hacemos (innovación incremental): Por ejemplo, cuando enseñamos el cuerpo humano a través de una animación en 3D y
  3. usar nuevas tecnologías para aprender de una manera radicalmente disruptiva y que no lo podríamos hacer igual si no contáramos con determinadas herramientas (innovación radical): Por ejemplo, cuando conectamos a estudiantes de distintos lugares del mundo para que puedan negociar un conocimiento y producir algo en conjunto.

Lo que nosotros observamos en nuestras investigaciones es una gran cantidad de experiencias que representan el escenario uno, y en algunos casos el escenario dos. Las experiencias educativas del escenario tres, son mucho más limitadas y específicas (no siempre se pueden escalar). Esto no necesariamente es negativo si entendemos que la innovación educativa enriquecida por tecnología es un proceso y no estado determinado. Aunque se suele decir que la innovación es algo para todos y en todo momento evidentemente la evidencia muestra que es mucho más gradual, tiene que ver con el desarrollo de experiencias, cambios de hábitos y que debe existir un conjunto de condiciones para que esta ocurra.

P: ¿Cuáles son los principales ‘pros’ y ‘contras’ de trabajar con tecnología en el aula?

Si entendemos la tecnología como una amplificadora de capacidades tanto cognitivas como sociales, sería una falacia solamente considerar aquellos aspectos positivos.

Las tecnologías digitales como bien sabemos diversifican las maneras de acceder procesar, construir y divulgar el conocimiento. Esto siempre y cuando se cuente con las habilidades, las actitudes y el capital simbólico para aprovecharlas.

Pero es cierto que también se convierte en una moneda de dos caras, porque al amplificarse las capacidades de acceder a nuevas fuentes de saber también se multiplican los potenciales elementos distractores. Entonces, si la tecnología no se incorpora de una manera apropiada (centrada en el que aprende y no en el que enseña), es posible que ocurran fenómenos como: que los estudiantes se aburran o se distraigan, que se redefina el rol del docente como única fuente de la verdad, que quede en evidencia la falta de pertinencia de los contenidos curriculares, entre otros.

Si bien no existen recetas ni fórmulas mágicas, diferentes investigaciones nos muestran que el desafío fundamental está en ampliar los contextos, y espacios de aprendizaje aprovechando estas herramientas para favorecer aprendizajes más allá del aula. Pero esto no es tan sencillo bajo las estructuras de la educación tradicional, puesto que la versatilidad y la flexibilidad no está siempre entre sus principales cualidades. En definitiva como postulamos en el libro “Innovación pendiente“, no es suficiente innovar en los dispositivos digitales si esto no viene acompañado de una apertura en las formas de entender el valor del conocimiento.

Posted in aprendizaje colaborativo, Education and ICT, innovación on Jan 16, 2017

Cristóbal Cobo